Que no, que no, que no

Que no nos baste un cielo nublado
por el simple motivo
de seguir siendo cielo.

Que no nos baste la lágrima única
por el simple motivo
de recordarnos que fue llanto.

Que no nos baste
una sonrisa de ocultos dientes,
una mirada sin brillo,
un abrazo debil,
un beso apenas rozado…

Que no nos basten
por el recuerdo
de lo que fueron
y mucho menos
por la esperanza mentirosa
de lo que vendrá.

Que nos baste
lo que ayer nos bastaba y sobraba.
Que no, que no, que no,
que no nos llene la rutina
que no, queno, que no…

Si aun sabemos
de que estamos hablando
estamos a tiempo:
vé por unas gafas de sol
que yo traigo el cielo azul
para que nos incandile otra vez
y otra
y otra
y otra
y nos nos baste nunca
jamás…

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